Retiro versus reforma constitucional
Guillermo Tagle Presidente Credicorp Capital Chile
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Guillermo Tagle
Triste espectáculo el que estamos presenciando todos los chilenos que trabajamos y aspiramos a construir un país que progresa. Hemos sido testigos de una pugna política con pocos precedentes en nuestra historia.
No cabe duda respecto de la necesidad de acudir en ayuda de todos los que están sufriendo durísimas dificultades a causa de la pandemia. Pero en circunstancias en que es evidente usar recursos del Estado para acudir en ayuda de los damnificados, hemos entrado en una “batalla” sin cuartel entre poder Ejecutivo y Legislativo, que compiten por tratar de lograr el resultado más visible y popular.
Permitir acceder libremente a los recursos ahorrados en forma obligatoria para financiar la vejez será siempre el camino más popular. Por naturaleza, las personas prefieren acceso a sus recursos en el corto plazo, versus dejarlos limitados para usarlos tiempo después. Es la razón por la cual en todas partes del mundo los sistemas de pensiones, en cualquiera de sus formas, obligan legalmente a las personas a aportar ingresos presentes para financiar gastos futuros.
Los sistemas de ahorro para la vejez no pueden funcionar en base a contribuciones voluntarias, porque de ser así nunca llegarían a disponer de recursos. Y como los Estados sí tienen la obligación de hacerse cargo de sus ancianos vulnerables cuando ya no pueden trabajar para vivir, entonces el ahorro para la vejez tiene que ser forzado y legalmente exigible. Es por ello que no puede quedar al “arbitrio” de las encuestas y/o a la votación de una mayoría en el Congreso, para resolver un uso de corto plazo del ahorro previsional.
Pero lo más grave es que, estando a menos de tres semanas de una elección en que votaremos para conformar una Convención Constitucional, nadie ponga atención a la relevancia de ese proceso. Que todo el foco de la discusión pública esté puesto en un cambio a la ley de pensiones que propone un Congreso desprestigiado, a un Gobierno desprestigiado, y que finalmente termina por aprobar un Tribunal Constitucional también desprestigiado, resulta inverosímil.
Fue en un momento de crisis política tan grave como la actual, noviembre 2019, que un llamado a la unidad y a la cordura de todos los sectores políticos convino una agenda de Reforma Constitucional que está en plena etapa de desarrollo y de la que hoy casi nadie habla. Por ejemplo, sorprende que la coalición de Chile Vamos, que tan exitosamente logró un momento de unidad al inscribir una lista única de candidatos, no haya hecho esfuerzo alguno para dar a conocer que estos estarán en el voto bajo un nombre de lista que no es “Chile Vamos”, sino que “Vamos por Chile”.
Sorprende también que no haya una campaña de unidad nacional que convoque a votar por los candidatos más calificados, que promueva conjuntamente a quienes se presentaron para aportar a la construcción de un país moderno, seguro, libre y de paz. El espectáculo de la discusión política generado en torno al retiro de recursos de los fondos de pensiones casi parece un montaje para diluir la relevancia de la elección que tenemos por delante. Claramente un aprovechamiento político de quienes tienen como objetivo principal, desarticular el sistema de ahorro previsional basado en aportes y cuentas individuales que no han escatimado circunstancias ni las dificultades generadas por la pandemia, para lograr su objetivo.
Dios guarde a Chile y podamos retomar el rumbo y focalizarnos en lo que hoy sí es fundamental.